Los vecinos de la zona oeste de Málaga muestran su preocupación en relación al derribo de las instalaciones de Limasa en la Térmica.
La cuestión radica en el amianto: una sustancia cancerígena que se propagaría por el aire si los cientos de placas de uralita que hay en los tejados se rompen.
Mientras, los promotores del sector avanzan en los trabajos de reurbanización: se prevé la construcción de 312 viviendas.
