La sensibilidad de los empresarios industriales malagueños con el cuidado del
medio ambiente se demostró con un convenio firmado entre la Junta de Andalucía
con el Consorcio de Polígonos en 1991.
Ya entonces, los polígonos malagueños venían sufriendo problemas con la
limpieza de cauce de los arroyos, especialmente en el de Las Cañas, un punto
negro histórico en riadas y momentos de inundaciones y que sigue dando
problemas por su estado de abandono.