El alcalde de Málaga llevará a los juzgados al Estado si no acomete el recrecimiento del puente
Nadie quiere acometer la remodelación y recrecimiento del puente de la Nacional 340 sobre el río Guadalhorce, o como popularmente se le conoce, el puente de La Azucarera. Así al menos parece desprenderse de la polémica surgida en torno a esta infraestructura tras las nuevas inundaciones en el entorno y que afectaron hasta a seis polígonos industriales del lugar.
La gota fría del pasado 4 de diciembre volvió a poner en evidencia la problemática que genera esta antigua infraestructura. Y es que la altura del puente y los arcos que lo conforman se queda pequeños cada vez que el caudal del río crece significativamente, provocando taponamientos, y por ende, impidiendo que el agua continúe su lógico tránsito hacia el mar y desbordando el propio Guadalhorce y sus arroyos cercanos.
Es el Ayuntamiento quien tiene las competencias de la antigua Nacional 340 -desde que hace tres años así se las traspasase el Estado- pero el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, pasa la pelota a la administración central. De hecho, como apuntó el regidor, dicha actuación está contemplada en el Plan Hidrológico Nacional, por lo que de la Torre considera que debe ser el Estado quien financie esta importante intervención.
Con la actual fisionomía, el puente de La Azucarera reduce a la mitad la capacidad de evacuación del río Guadalhorce. Su recrecimiento es esencial para evitar inundaciones en caso de nuevas lluvias.[row][third_paragraph] Left Side Content [/third_paragraph][paragraph_right] Right Side Content [/paragraph_right][/row]