Sigue pasando, aunque con menor virulencia, pero hubo una época en la que los representantes de los polígonos, además de reivindicar las lógicas mejoras para estos espacios, tenían que fajarse para defenderse del desprecio y el olvido de las propias administraciones y de otra clase de instituciones, como la Universidad El entonces presidente de la Asociación Provincial de Polígonos Industriales, Julio Gutiérrez, tuvo que salir a defender al colectivo del desafortunado artículo del decano de la Facultad de Psicología -del que luego se disculpó- y defendió con contundencia la necesidad de los polígonos Diez años antes, el propio Gutiérrez firmó con la Universidad de Málaga para facilitar las prácticas de alumnos de este centro en las empresas instaladas en los polígonos