Ingeniero, profesor universitario, fundador de una de las librerías más importantes de Málaga, a Paco Puche se le conoce por sus múltiples facetas profesionales. Pero es su vocación ecologista lo que más tiempo le está ocupando últimamente. Ya jubilado, inició una lucha contra el amianto liderando la Plataforma Málaga Amianto Cero.
¿Cómo puso en marcha la plataforma y por qué?
La plataforma nació hace tres años, aunque yo llevo ya diez años interesado en este tema. Yendo a reuniones. Estando en asociaciones de afectados y víctimas del amianto. Y escribiendo. Descubrí que era un material muy tóxico, que se había usado mucho durante el siglo XX, que sigue presente y que nadie lo estaba abordando con profundidad y la actividad necesaria para erradicar el problema. Entré en contacto con muchas personas que hablaban de ello, enfermaban y luego morían. Entonces la toma de conciencia fue acelerada y decidí hacer algo.
¿De qué forma actúa la plataforma?
De tres maneras. Una, asociándome a la gente que ya está activa. Otra, informándome muy bien y yendo a reuniones de todo tipo y en todos los lugares del mundo sobre el asunto y manteniendo contacto con todos los activistas del mundo. Y la tercera informando y divulgando en el entorno más directo de una forma seria, dando muchos datos y basándonos en estudios epidemiológicos.
¿Cuál es el problema del amianto?
La gente cree que, cuando se prohibió en España en el año 2001, el problema estaba resuelto. Y ese es el error. El amianto sigue estando instalado en los cerca de 3.000 usos a los que se destinó. Las casas estaban infestadas de amianto. Coches, electrodomésticos, edificios públicos, en canalizaciones… era una piedra resistente, poco pesada y que aislaba mucho. Llegó a decirse que era el mineral milagroso del siglo XX. Pero en el año 1977 la Organización Mundial de la Salud declara que el amianto es cancerígeno de tipo uno en todas sus formas y dimensiones.
¿Por qué es tan peligroso?
El amianto tiene una estructura cristalina, en forma de fibras invisibles, de menos de una micra. Con lo cual, pueden estar por ahí revoloteando y te las puedes tragar. Y, además, la OMS añade que, no sólo es cancerígena, sino que no se conoce dosis mínima que no pueda ser cancerígena.
Lo tiene todo…
No se puede destruir, se fracciona en fibras muy pequeñas, es cancerígeno y provoca un tipo de cáncer específico, lo que se conoce como mesioteloma, y, por último, no hay dosis mínima segura de exposición al amianto.
¿Cómo están actuando las distintas administraciones públicas?
Tratan de minimizar el problema porque teme que haya una alerta social grande con este problema. Y yo lo comprendo. Pero tendrían que hacer muchas más cosas que no hacen.
La Junta de Andalucía se ha comprometido a retirar todo el amianto en 2020
Es un gran avance. Está desapareciendo de los colegios progresivamente, gracias a nuestra lucha, pero aún queda mucho. Hay amianto en las canalizaciones de agua potable. En España hay 80.000 kilómetros de tuberías de agua potable de fibrocemento, es decir, de amianto y cemento. Estamos bebiendo agua con amianto y no lo sabemos.
¿Qué hacer con las uralitas de los polígonos?
Hacer un plan de desamiantado y quitarlas, sino será una fabrica de muerte. La vida útil del amianto acaba a los 40 años. Tenerlo más allá de ese tiempo, es un riesgo muy grande. Hay quien dice que ‘si no se toca, no pasa nada’, y no es cierto. Puede venir una ventolera y mover todas esas fibras cancerígenas de las que hablaba antes- Otros creen que es caro y no lo es tanto. En España han muerto unas 50.000 personas a causa del amianto.